lunes, 29 de abril de 2013

Humano ser 2.0

Desde la absoluta seriedad. 

Dijo aquel: Nos sobran ignorantes supremos que creen que para destacar solo les queda la esperanza de poseer un cuerpo bonito dada su impune vagancia mental. 

Bendita suerte la nuestra, fue fusilado, probablemente.

Si son ustedes intelectuales de nuestro tiempo, deberían estar riéndose de los que hacen dieta y se comen de vez en cuando un Mac Menú, eso si, con coca-cola light. Si es que son tan tontos. Qué risa ¿verdad? Rezumamos ingenio por doquier. Es innegable. No, no, mejor todavía, vamos a burlarnos de los pastelosos que escuchan pop mientras compramos una chapa de The Beatles. Eso sería cojonudo. O llamemos, a todos los que llevan gafas de pasta y hablan con tecnicismos, modernos de mierda.

La sociedad te incita al pecado, se rumoreaba, pero ahora ya no. Están en su mejor momento, el ministerio de cultura y el de sanidad han unificado sus fuerzas para protegerle del sobrepeso y, si se diera el caso en que pudiera ser necesario, de la ignorancia. Ahora dispone de tiempo, tiene la fortuna de disponer de ocho horas más al día. No me lo diga, lo imagino, las está dedicando a plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro.

Pequeños suertudos, se acabaron las neurosis contemporáneas: contar calorías se ha extinguido, tener que seguir aquella tediosa dieta sana y equilibrada ya no es prioritario, decidir si ir en bus o en taxi es solo un mal recuerdo, regalar una escapada o quedarse en casa ya no es un dilema, un año sabático o una excedencia fue un virus del que estamos vacunados. Ahora puedes ver más a tu familia, ya no hay casa que limpiar, ni un trabajo al que maldecir. ¿No es maravilloso? La mayoría, al fin, gozamos de horas para permitir a la razón comunitaria elevarse fructuosamente a un estado de evolución constante, a un grado inalcanzable teniendo en cuenta que, por el momento, sólo es una especulación que en demasia puede alcanzar el estatus de un ideal.

No seamos absurdos por ahora, que no viene al caso. Único testimonio de masa gris: El culto a la mente está sobrevalorado.