domingo, 15 de enero de 2012

El color del silencio


Cada silencio es un mundo, así como cada momento tiene una música idónea, cada silencio tiene un color distinto, tiene su propia banda sonora. Jamás será el mismo color del silencio el de una situación tensa, que el que se crea justo antes de que dos labios se junten, es por esto que el silencio es necesario para vivir, él está en la soledad pero también en la más absoluta compañía. Sabes a qué me refiero verdad? Su grandeza reside en que puede surgir en cualquier momento, en una fiesta o en una habitación a solas, tan sólo date un segundo y permitete escuchar lo que susurra tu silencio. Lo sientes? Como cada palabra, cada silencio trae consigo una emoción, sin juicios, nunca es mala o buena, simplemente es y está presente en cada uno de nosotros, formando parte de la vida y de la muerte.

Es vital para todos, pues en una guerra debe ser el mayor placer, unos segundos de silencio para recordar lo más anhelado, tu familia, tu hogar, tu vida, tu libertad… Creéme, es increíble poder sentarte con alguien y no tener que provocar palabras para evitar quedar callado, solamente con una mirada decirlo todo y aprender a mantener el silencio disfrutando con esa persona del momento, rompiendo, tan sólo, con el ruido de un abrazo, una risa o un beso, y, de esta manera, dejar florecer la complicidad, la conexión, las sensaciones que te descubren un nuevo lenguaje, las palabras del silencio. Puede resultar complicado entender lo que se quiere transmitir sin haber de decir nada, mas para conseguirlo hay que dejarse llevar, no pensar, solo sentir, deleitarse, ponerle un color, respirar, recibir el mensaje y, si se quiere contestar, hacerlo desde el alma, quizás esa sea la manera más auténtica de comunicarse.

Solo por un instante, deja que el silencio fluya por cada recoveco, a través de mil colores, cierra los ojos, calla y vuela.


 

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