miércoles, 14 de noviembre de 2012

Son tiempos de...

Tiempos en los que las malas noticias son las que llegan primero, son tiempos de agradecer. Días de reflexión en los que desperté de esas cuatro paredes fijas en las que no había ninguna puerta, porque la única salida estaba en mi. No me avergüenzo por haber estado perdida creyéndome los dogmas sociales con los que he crecido, tampoco agacharé la cabeza por no haber avistado antes todos los caminos que hoy soy capaz de trazar mientras ayer me apretaba con duda la venda de los ojos.

Si me inclino ahora, es para dar las gracias por estar en esto con vosotros. Por tener siempre una luz alumbrando incluso cuando cierro los ojos. Por poder vivir sin sentirme sola, por soplar las velas de mi mayoría de edad mental acompañada de grandes pensadores. Por seguir aqui, sabiendo que pienso por mi misma y defendiendo un sólo discurso: el que nace de mi propia pelea interna buscando un equilibrio entre emociones e ideas.

No negaré más las realidades que veo, como tampoco permaneceré esclava de un sueño dogmático en el que ni siquiera me veía a mi misma. De vez en cuando necesito dejarme llevar y simplemente observar cómo ocurren las cosas, las gentes, las habladurías, el ruido. El resto del tiempo mi cabeza funciona a mil por hora y un sin fin de pensamientos atropellan mi tranquilidad... Dejando paso a un por venir que no vamos a descubrir, lo vamos a dibujar nosotros. Ya han llegado, estos son los tiempos de revivir la época de las luces. Encontrando aquello que abre una puerta a la reflexión, si no tienes todas las llaves lucha, gritaremos los silencios que nos trajeron al "estado de bienestar", nos sumergiremos en esa claridad que se deleitaba borrosa y resignificaremos un exclamado y necesario SAPERE AUDE.


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